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La otra cara de El Salvador

  • Foto del escritor: verocg0112
    verocg0112
  • 28 ene 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 11 abr 2024

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando piensa en El Salvador? ¿Maras, peligro? Si me preguntan a mí, yo diría ¡PUPUSAS! Les propongo un reto: mencione todos los sabores de pupusas que conozca. ¿Cuántos logró decir? Si sólo logró decir 4: queso, frijol, chicharrón y revueltas (que son los 3 ingredientes juntos), lamento decirle que usted no ha probado ni la tercera parte de la variedad de pupusas salvadoreñas y que no sabe lo que se ha perdido!

Lamento decirle también que las pupusas que venden en Costa Rica, no se parecen tanto a las de El Salvador. Así que primera razón para viajar a El Salvador: comer las verdaderas pupusas salvadoreñas. Segunda razón: en El Salvador con $1 USD me como 3 pupusas, en Costa Rica, no me alcanza para ni una.


Pero bueno, volviendo al principio, siendo honesta, yo también sentí temor de ir a El Salvador la primera vez (porque volví y merece totalmente la pena regresar). Mi viaje empezó con un pequeño "salto de fe" porque no sabía qué lugares eran seguros, si era riesgoso para mí como extranjera, no sabía donde era bueno quedarme... además llegaba por tierra desde Guatemala así que no llegaba a la capital, no conocía a nadie...excepto por una persona.

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A Virgil literalmente lo conocí durante un vuelo de 50 minutos de San José a San Salvador (él iba de regreso a su país y yo solamente a hacer una escala) pero de inmediato nos caímos bien, conversamos todo el vuelo y finalmente intercambiamos contactos. Eso fue unos 3 años antes de mi viaje a El Salvador y desde ese vuelo no había vuelto a hablar con él. Y ese fue mi pequeño "salto de fe" porque Virgil pudo haber sido cualquier tipo de persona, yo sólo lo conocí por 50 minutos y aún así me arriesgué a contactarlo. Y bueno, hasta hoy no tengo palabras suficientes para agradecerle a él y a su hermosa familia todos los cuidados y atenciones que tuvieron conmigo. Tercera razón para ir a El Salvador: su gente.


Y si es que todavía no lo he convencido de ir a El Salvador, entonces siga leyendo porque es que este país tiene muchísimo que ofrecer. Como dije antes, en mi primer viaje llegué a El Salvador por tierra desde la frontera con Guatemala; yo me bajé del bus en un lugar que se llama Santa Ana. Esta región es más de tipo montañoso y a poca distancia en carro se puede llegar a lugares como Los Chorros de la Calera, un paraíso de cataratas!

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Los Chorros de la Calera

Foto: Verónica CG

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Y en esa misma zona, se puede llegar a varios pueblitos de tipo colonial, en los que se pueden encontrar pequeños restaurantes muy acogedores donde se pueden probar otros platillos típicos de El Salvador y que probablemente nunca haya oído mencionar. Recomendación: no deje de probar el chilate y los nuégados, son una delicia!

El chilate es una bebida a base de maíz, tipo atol y los nuégados son un tipo de buñuelos hechos de yuca. Ahora imagíneselo en su mesa, en el corredor de una casa colonial sobre una callecita empedrada frente a la plaza del pueblo llena de jardines. Toda una experiencia.


Pero si lo que a usted le gusta es más bien la playa, no se preocupe, porque El Salvador tiene para todos los gustos.

Y ya que en este post hice bastante hincapié en las personas que los viajes me han permitido conocer. Quiero aprovechar para hablarles de Roberto.


A Roberto lo conocí en Costa Rica, es salvadoreño pero tiene familia aquí y se hospedó en mi casa un par de días mientras los visitaba. Resulta que así fue como me enteré que Roberto es dueño de un hostal en la playa, así que un día que me "tropecé" con unos pasajes baratos a El Salvador (suelo tropezarme muy seguido), me fui con mis papás a las playas salvadoreñas.

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Playa El Sunzal

Foto: Verónica CG


La playa más concurrida o más "turísticamente popular" se llama El Tunco. Yo suelo buscar lugares menos concurridos y más alejados del tumulto; si usted es como yo, le recomiendo quedarse en playa El Sunzal, que está a la par de El Tunco, incluso se puede ir caminando (eso sí, si va a caminar váyase por la playa, si se va por la carretera la distancia se duplica porque la carretera no es recta). En El Sunzal, hospédese en el hostel Los Almendros de Roberto, no se va a arrepentir, la propiedad tiene su propia salida a la playa, las habitaciones son cómodas en precio y espacio y la atención es excelente.


Además, desde El Sunzal se puede llegar fácilmente en bus al Malecón (o el comelón como decía papi), donde puede ir al mercado del muelle y comerse un ceviche hecho con pescado recién sacado y comprar pescado y mariscos frescos. También puede elegir entre gran variedad de restaurantes y escuchar música en vivo.

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El Malecón

Foto: Verónica CG.

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Esta foto me encanta, la tomé en la piscina del hostal; y me gusta porque la mayoría de gente que conozco no viaja porque creen que viajar es muy caro, pero no, sólo es caro para quien no sabe cómo viajar o para quien busca lujos innecesarios.

Recuerdo que cuando tomé esta foto y la vi, lo que pensé fue: Me volví experta en encontrar panoramas 5 estrellas por el precio de 2 o 3 estrellas.


Y básicamente en eso consiste el arte de viajar, en conectar con personas, con lugares, con comidas, con paisajes que le muestren la verdadera esencia de un lugar, la que hace que valga la pena dar esos pequeños saltos de fe.

Ojalá los haya podido convencer de dar el suyo.

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