La otra cara de Colombia

De cuántas veces me han preguntado si no me da miedo ir a Colombia, spoiler alert, la respuesta siempre es no.

La Candelaria

¿Qué es lo primero que se viene a su cabeza cuando escucha hablar de Colombia? ¿Narcos, guerrillas, FARC? Sí, sí y sí, al menos eso es lo que nos presentan las noticias y muchas series que se han hecho populares a costa de ¿renombrados? narcotraficantes y sus historias. Pero eso es sólo una pequeña parte de lo que Colombia tiene para ofrecer. ¿Sabe qué palabra se me viene a mí a la mente cuando pienso en Colombia (y créanme que lo hago muy seguido)? Resiliencia.

Embalse de Tocancipá, camino a Guatavita.

“Si me dieran 1000 colones por cada vez que me preguntan si no me da miedo ir a Colombia creo que ya tendría suficiente para pagarme otro viaje más.”

Y es que ir a Colombia es sentir el calor humano de una nación que efectivamente lucha día a día por reconstruirse y resurgir de un pasado de conflictos internos que en el presente se mantienen al acecho pero que no han logrado borrar la calidez de su gente. Y es que un colombiano siempre tendrá un "¿qué más?" si es de la capital (confieso que al inicio me costó entender que eso era un saludo y siempre respondía ¿qué más qué? con cara de confusión) o un "manito ¿todo bien?" si es de la costa (porque en la costa todos somos "manitos" y "manitas" y eso me encanta) o el famoso "¿quihubo pues?".

Para mí Colombia tiene un "no sé qué" que encanta. Y es que es muy diferente ser turista que ser viajero, porque para ser viajero hay que estar inmerso en la cultura, en el día a día, en la dinámica social. Donde incluso un viaje en transmilenio se convierte en parte de la experiencia. Por cierto, ¡YO AMO EL TRANSMILENIO! o sea, se puede cruzar la ciudad de lado a lado por $1 USD! Los bogotanos se quejan muchísimo del servicio (y ciertamente en hora pico puede ser un poco complicado), pero estoy segura de que si vinieran a utilizar el transporte público de Costa Rica, amarían su Transmilenio tanto como yo.

Las piedras del Tunjo, Facatativá

¡Colombia tiene tantísimo para ofrecer! ¿Me creerían si les digo que tiene su propio Taj Mahal? Pues sí, y la historia de por qué está ahí es interesantísima y en algún momento se las cuento, pero les puedo adelantar que está ahí gracias a un señor que también tenía corazón de viajero.

Parque Jaime Duque

Colombia tiene montaña, tiene sabana, tiene costa. Tiene arepas, tiene bandeja paisa, tiene chigüiro, tiene obleas. Tiene cumbia, vallenato y champeta.

Y detrás de todo eso, Colombia tiene historia(s), que vale la pena escuchar (y no precisamente las que cuenta Netflix), o mejor aún vivir.

Más adelante les cuento qué visitar, qué ver, dónde ir, cómo llegar, qué comer... pero es que primero lo primero, y lo primero era convencerlos de que Colombia tiene otra cara, la que sólo se conoce estando allá.